Melodía Lineal

Haruki apoyó el mentón contra sus manos y, conforme veía por una de las ventanas de la cafetería que estableció como punto de encuentro, se preguntó cuánto más debería esperar.

Haber elegido un lugar público para reunirse con Take se trató de una jugada riesgosa; si tomaba en consideración lo que ocurrió en los últimos meses, corría el riesgo de ser reconocido no solo por algún fan, sino también por un reportero amarillista ávido de obtener fotografías fuera de contexto. Frustrado, comenzó a verificar su teléfono dándose cuenta que tenía varios mensajes de Akihiko, quien le deseaba suerte con Take y, al mismo tiempo, le pedía volver a casa con cuidado.

Haruki sonrió. En medio de aquella oscura tormenta cuyo final no parecía vislumbrarse cerca, agradecía que su novio estuviera ahí para brindarle apoyo, pues todo seguía tornándose incierto y no sabía cómo rayos sobrellevar la situación. Nadie podría, en realidad. A veces, cuando mantenían largas conversaciones al respecto durante las madrugadas que ahora compartían juntos, Akihiko insistía en que no debería culparse por lo sucedido…pero a semejantes instancias era difícil no tener remordimientos y lo sabían demasiado bien.

Además, si ellos eran un auténtico desastre no solo a nivel emocional mientras seguían intentando superar la pérdida, ciertamente ninguno se imaginaba cómo debería sentirse Mafuyu al respecto.

Era increíble como las cosas cambiaban de un segundo a otro, pensó con tristeza. Ya que perdieron a alguien importante, a alguien a quien apreciaban y respetaban por igual: Yuki Yoshida, el risueño, extrovertido y talentoso hombre por quien profesaban un inmenso cariño decidió quitarse la vida un año atrás, dándole paso a un espantoso efecto en cadena cuyos daños colaterales aun ahora seguían creyéndose incapaces de cuantificar.

Por aquel entonces, luego de recibir la impactante noticia, mantener a Given vivo resultó ser la menor de sus preocupaciones; pensar en cuál sería el destino de la banda que los cuatro construyeron con tanto esfuerzo a lo largo de los años, poco o nada importaba pues, la madre de Yuki y Mafuyu necesitaban su apoyo incondicional para seguir adelante sin derrumbarse en el proceso.

Mafuyu y Yuki estuvieron juntos desde incluso antes de que Akihiko y Haruki los conocieran; eran amigos de infancia y acudieron a las mismas escuelas hasta la secundaria, mas esto no les impidió seguir juntos durante sus años de preparatoria. Ambos formalizaron su noviazgo a la par que Yuki comenzó a tocar la guitarra, mientras Mafuyu lo acompañaba vocalmente.

Haruki y Akihiko, músicos instrumentales a quienes les hacían faltan dos miembros para finalmente consolidar una banda, los vieron presentarse en una pequeña competencia amateur donde indiscutiblemente arrasaron con el resto de los participantes.

Por supuesto que las habilidades de Yuki con la guitarra eran asombrosas, pero la voz de Mafuyu se encontraba en otro nivel; tenía un registro, color y tesitura impresionantes. Obviamente Haruki se anticipó a que alguien más tratara de "reclutarlos", y les extendió la invitación para formar parte de "The seasons", nombre con el cual iniciaron dentro del rubro.

Sin embargo, Yuki se rehusó a considerar la idea pues alegó no tener ningún tipo de interés en ello, por consiguiente Mafuyu tampoco. Akihiko se río durante semanas porque Haruki se negaba a darse por vencido, pues consideraba que los dos chicos podrían explotar su inmenso potencial con la guía apropiada.

Así, tras mucho insistir y la aparente intervención de Mafuyu, Yuki aceptó, no sin antes advertirles que si por algún motivo sentía que comenzaba a perder su tiempo lo dejaría al instante. Por fortuna las cosas marcharon bien, ya que los cuatro consiguieron acoplarse no solo dentro del estudio o sobre los escenarios, sino también en el plano personal.

Obviamente no tuvieron nada en charola de plata, pero trabajaron duro y sus creaciones originales se abrieron paso poco a poco entre el público. Si bien todos aportaban artísticamente hablando, Mafuyu y Yuki eran igual que dos piezas de rompecabezas diseñadas para embonar a la perfección, a pesar de sus personalidades tan diferentes ya que mientras Yuki era dominante, extrovertido y muy expresivo, Mafuyu era sumiso, introvertido y callado. A veces Haruki los comparaba con las dos caras de una misma moneda ya que sin una, la otra no existiría.

Así pues, conforme seguían adelante con su sueño de debutar a nivel profesional algún día, decidieron cambiarse el nombre a Given. Tras conseguir presentarse en competencias más serias con resultados favorables, se animaron a abrir cuentas en redes sociales donde mostraban su trabajo con fines promocionales, lo cual les permitió captar la atención suficiente para fungir como teloneros en eventos tres veces más concurridos.

Y la oportunidad de oro llegó cuatro años después. Koji Yatake era un productor que trabajaba en una compañía discográfica cuya reputación figuraba entre las mejores del país, a quien invitaron a su presentación en vivo por mera casualidad. En cuanto los escuchó tocar una noche antes de la banda principal, luego del espectáculo decidió acercarse a ellos, les entregó una tarjeta y les pidió comunicarse con él en cuanto tuvieran oportunidad. Haruki lo hizo a manera de prueba, y ninguno pudo creer que realmente aquello estuviera sucediendo.

Y a partir de ahí sus vidas cambiaron por completo. Con el apoyo, el marketing y los contactos adecuados, Given creció como la espuma. De ser una banda local apenas conocida, pasó a convertirse en una de las más populares y cotizadas en Japón en tiempo récord, transformándolos en figuras públicas aclamadas por su audiencia. Resultó abrumador. Aun así se trataba del camino que deseaban seguir, ya que se les otorgó el gran privilegio de que su música llegara a miles de personas, de llenar estadios y vivir de ella.

Todo iba viento en popa.

Por desgracia, nada era tan perfecto como ingenuamente lo imaginaron. Nadie, ni siquiera Mafuyu, nunca notó que algo andaba mal con Yuki; pese a que a semejantes alturas se consideraban una familia, él jamás dio señales de lo que realmente le sucedía. Y la culpabilidad por ser tan ciegos los acosaba a diario. Luego de su muerte, quizá la gran mayoría creyó que en el caso de Yuki alcanzar el éxito sería suficiente para sentirse pleno y feliz, pero se equivocaron.

Los demonios, fantasmas y monstruos que habitaban la mente humana no conocían estatus sociales ni económicos; tampoco sexo, edad o creencias. Atacaban a todos por igual, consumían lentamente hasta que sus voces e influencia se convertían en algo insoportable de sobrellevar. Y había quienes, aunque lo intentaban continuamente, por desgracia no conseguían ganar la batalla.

Y los de Yuki le guiaron a tomar la dolorosa decisión de cometer suicidio un frío día de invierno.

El inicio del fatídico desenlace lo marcó una estúpida pelea entre Mafuyu y Yuki. De un instante a otro ambos discutieron acaloradamente dentro del estudio por nimiedades, y pese a tener como regla cardinal jamás mezclar asuntos personales con trabajo, los dos estaban tan enfadados que afectaron los ensayos más de una ocasión.

A decir verdad, era la primera vez que los veían actuar así pues Mafuyu, quien en su mayoría tendía a ser pacífico y callado, explotó a tal grado que Akihiko se vio en la necesidad de intervenir. Molesto, Mafuyu prefirió marcharse con tal de enfriar su cabeza y moderar su temperamento. Aunque Akihiko y Haruki se ofrecieron a hacerles compañía por separado, ninguno aceptó con la excusa de que pronto solucionarían las cosas por cuenta propia.

Yuki era del tipo de persona cuyo orgullo lo cegaba en momentos puntuales: por desgracia ese fue uno de ellos.

Usualmente el guitarrista evitaba consumir alcohol porque su tolerancia era mínima, inclusive en los eventos a los cuales asistían por obligación trataba de abstenerse, limitándose a una o dos copas como máximo. Pero según la versión que Mafuyu les dio después, luego de llegar a casa esa noche notó que algo andaba mal, comenzando por el hecho de que su novio jamás abandonaría la Gibson que tanto idolatraba en el suelo de la estancia.

Entonces, tras notar las latas vacías de cerveza, todas sus alarmas se encendieron.

Con la guitarra entre sus brazos, Mafuyu comenzó a llamarlo esperando que respondiera, y poco le importaba si estaba ebrio, enfadado o ambas cosas. Solo quería asegurarse que el mal presentimiento dentro de su pecho se tratara de una exageración.

Lo que encontró en cambio, terminó marcándolo para siempre: Yuki se suicidó al colocar una soga en una de las ventanas altas de la habitación, justo las que no fueron del gusto de Mafuyu cuando decidieron comprar el departamento. Sumido en las sombras, Yuki no respiraba, su rostro carecía de color y tampoco se movía.

Presa del pánico y el miedo, Mafuyu soltó la Gibson e intentó ayudarlo, pero a pesar de sus múltiples intentos no hubo absolutamente nada que pudiera hacer. Se había ido.

La muerte de Yuki sacudió al mundo de la música japonesa como un terremoto demoledor. La noticia se volvió viral durante semanas en redes sociales, radio y televisión abierta; no se hablaba sobre otra cosa porque los fans también sufrieron por su pérdida.

Obviamente Akihiko y Haruki hicieron todo cuanto estuvo en sus manos para apoyar a Mafuyu, quien seguía en shock a pesar de que a diferencia de lo que imaginaron, no derramó una sola lágrima ni siquiera durante el funeral. Dándole tiempo además de espacio, encargarse de los medios y mantenerlos alejados de Mafuyu y Saeko fue terriblemente difícil, pues buscaban a como diera lugar obtener una exclusiva aunque aclararon desde el inicio que no sería posible por respeto a la familia.

Conforme las semanas pasaban sumergidas en dolor e incertidumbre, Take recomendó un año sabático para respetar su duelo y de ese modo pensaran con calma qué querían hacer con Given; por supuesto en más de una oportunidad Haruki y Akihiko lo hablaron largo y tendido.

¿Cómo actuarían ahora? ¿Sería lo mejor desintegrar la banda? ¿O continuarían para honrar la memoria Yuki? El solo considerar encontrar un reemplazo les hizo sentir como si estuvieran traicionando a su amigo, motivo por el cual no sabían qué sería lo más sensato. Por un lado tenían a los fans, quienes seguramente no verían con buenos ojos que se hiciera algo así, mientras por el otro estaba Mafuyu, el cual parecía sumergido en un limbo del que ignoraban si lograría salir. Además, hubiese sido muy mezquino preguntarle su opinión al respecto, sobre todo con la muerte de Yuki tan reciente.

Así que decidieron esperar.

Claro que todos tenían suficiente dinero para vivir cómodamente si lo administraban bien, sin embargo, amaban la música e iniciaron en ella porque deseaban compartirla con otros.

Ahora, en cambio, no sabían qué querían lograr.

O si acaso valdría la pena intentarlo de nuevo. 


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